Flappy Bird ha estado en todas partes últimamente, es un juego bastante simple y desarrollado para los smartphones, donde extrañamente se hizo viral muy rapidamente. Ya son millones de personas que han jugado y juegan con sus moviles compulsivamente durante todo el día, incluso medios de comunicanción como periódicos y canales de televisión ya están hablando de ello, lo peor fue el éxito que trastorno al creador del juego hasta el punto que tiró el dinero fácil que conseguia mediante la venta de este juego, sacandolo directamente de las tiendas de Android y iOS.
Hoy podemos disfrutar de este juego en OnlineGames, simplemente clickea en la imagen de abajo:
Todavia Nintendo no ha declarado si denunciará oficialmente al juego, por la evidente copía de las tuberías verdes al más puro estilo Mario Bros. Sino fuera suficiente, últimamente no han parado de salir clones y clones de este juego. Tambien hay gente que se aprovecha de esta locura para vender los smartphones con el juego instalado a cambio de dinero real. No cabe duda que el juego tiene cierto atractivo para aquellos que buscan pasar un buen rato entretenido, pero la reacción por parte de los jugadores ha sido bastante sorprendente.
Existe muchas personas que están desesperados por una solución, y ahora es posible jugar el juego en una 3DS o DSi. Algunos rumores en Twitter nos ha señalado los códigos QR para la Edicción de Flappy Bird: PTC, que funciona utilizando Petit ordenador, una aplicación de programación de DSiWare también disponible en la 3DS eShop. Utiliza la codificación básica de la aplicación para clonar el título, pero a diferencia de las versiones de iOS y Android esta versión el creador no obtendrá ningún beneficio.
Desde el fallecimiento de Flappy Bird en plataformas móviles, los desarrolladores han comenzado rápidamente a trabajar en una serie de juegos basados o inspirados en el título original. Los resultados de la llamada Flappy Jam incluyen a Teery Cavanagh que trabajo en Super hexagonal y el creador de Canabalt, Adam Saltsman.
Flappy Bird puede que oficialmente se haya ido, pero su peculiar legado siguira volando.