Colorido, pero algo familiar.
Cuando me paro a pensar en los juegos de plataformas en 3D recuerdo los juegos antiguos y, a diferencia de los juegos de ahora, veo cómo se han ido desarrollando los juegos estos últimos años. The Last Tinker: City of Colors fue especialmente interesante para mí porque es una versión moderna de los juegos, un estilo de la vieja escuela construido con herramientas modernas, aunque sin duda se siente más como los juegos de la vieja escuela, más que de la nueva, lo que puede que no le ayude realmente.
La trama es bastante sencilla. Koru es el último Tinker, es el único que puede salvar a Tinkerworld de la desolación pues una fuerza maligna está robando el color de su mundo. Con el fin de detener a esta fuerza maligna, Koru tendrá primero que unir a las diferentes facciones del color y obtener el uso de sus poderes. Cada poder que ganas se añade a su arsenal de combate, ofreciendo nuevas opciones de combate y que le permite el poderse enfrentar contra los enemigos más duros.
El estilo de combate
El combate en The Last Tinker es más profundo de lo que normalmente esperamos de un juego de plataformas de 3D y se parece un poco al juego de Banjo-Kazooie en este estilo. Koru saltará de enemigo en enemigo para continuar el combo y los diferentes poderes que gana se pueden utilizar para cambiar las estrategias de combate. El juego cuenta con el modo cuerpo a cuerpo y con ataques a larga distancia, y también se pueden utilizar ataques especiales después de rellenar el contador. Aunque el modo de combate no es igual de pronfundo en comparación a otros géneros, aquí nos ofrece un buen cambio de ritmo que nos matendrá como mínimo entretenidos.
En la práctica, el ataque está bien, pero a la hora de esquivar es algo lento. Después de tener exito esquivando, me fue mejor esquivar a ciertos enemigos que no podían salir del camino lo suficientemente rápido. Lo malo es que los primeros movimientos desbloqueables requieren de una pulsación muy similar a la de esquivar y esto a veces que nos equivoquemos. Ocurre que los obstaculos que nos encontramos en los carriles los tendremos que saltar o cambiarnos a otro carril para evitar estrellarnos, pero entre la velocidad del carril y que el salto es muy lento, normalmente necesitaremos múltiples pistas y hasta tendremos que memorizarlo todo para poder pasar con exito.
The Last Tinker se llama a sí mismo un juego de plataformas, pero eso es un uso bastante flojo de este termino. Realmente aquí no hay un plataforma tradicional, ya que no hay un botón real para el salto. La mayor parte del recorrido se realiza manteniendo pulsado el botón de ejecución, lo que hará que Koru realice un salto de cornisa a cornisa o se deslice por las ramas colgantes al más puro estilo Assassins Creed. El juego tiene buen ritmo y se trabaja bien, pero la mayoría de las veces yo empujaba el stick izquierdo hacia adelante y pulsaba R2, esperando para llegar al próximo destino. Hay algunas partes que requieren su tiempo, pero la mayoria de las veces sentía como si estuviera en piloto automático.
Cuando vuelvo a jugar a los juegos clásicos de plataformas en 3D, siempre hay cosas que destacan más sobretodo esas secciones base donde su diseño nos atrae, pero despues hay otras secciones que se descuidan sin darse cuenta. Tristemente, The Last Tinker cae en esta misma trampa, sobretodo en la sección de sigilo, donde es superado solo por un mal diseño del juego. En pocas palabras, el modo de sigilo está mal programado y peor diseñado. En ocasiones es bastante repetitivo y la verdad es que el juego hubiera ido a mejor sin este modo.
El diseño de The Last Tinker es realmente bueno y es un juego lleno de vida y color. Hay un montón de toques sutiles, como los globos de texto en 2D, que me gustó mucho. Aunque es bueno mejorar sin embargo este juego no es nada revolucionario y no hay ninguna razón aparente que explique el porque de su bajo rendimiento en la PS4. La velocidad del fotograma en ocasiones se ve lenta, la mayoria de las veces tenemos una sensación desigual, tanto si corremos alrededor o vemos de forma panorámica. Koru puede (y lo hace) quedar atrapado en el medio del entorno, pero el juego viene con la opción de restablecimiento (algo no anunciaron muy bien, la verdad) con esta opción volvemos al último punto de control. En particular, tiene la dudosa distinción de ser el primer juego se bloquee por completo y dejarme volver al menú principal de PS4.
En conclusión
The Last Tinker no es un mal juego, solo que no cumple con lo que promete. Por otra parte los gráficos se dejan desear un poco, no noto tanta diferencia entre el título de otras versiones con el actual para la PS4, sin contar que uno espera más despues de esperar 16 años (1998-2014) a sacar una nueva versión. También me ocurre que los recuerdos que tengo con los juegos antiguos suelen ser mejores que los juegos actuales, pero creo que eso le pasa a todo el mundo. Con la edad uno se vuelve más exigente y la verdad esperaba mucho de este titulo. Lo malo es que The Last Tinker tendría que haber mejorado mucho para mejorar esos recuerdos que tenia de su primer titulo, al no ser así, fue una decepción. Lo sentí un poco anticuado, pero aún así me sigue sorprendiendo este mundo lleno de color y vida.
Para los amantes del género esta es una opción decente, en precio y calidad es algo bastante accesible, pero si jugastes a la primera edicción preparate para llevarte una pequeña decepción; aún así es un juego entretenido y divertido.